Por Sergio Lettieri
1. Introducción: La Nueva Geopolítica a Través de la IA
La Inteligencia Artificial (IA) no es solo una tecnología, es la nueva frontera del poder geopolítico. Como señala el artículo "La fórmula de la potencia de la IA" de BBVA Research, (publicado el 25/08/2025) la capacidad de una nación para dominar este campo puede resumirse en una ecuación fundamental: Potencia de la IA = Potencia del Algoritmo x Potencia de Cómputo. Esta fórmula ofrece una lente clara para analizar el actual realineamiento de las relaciones internacionales y la economía global. En esta nueva era, la soberanía sobre la tecnología que impulsa la computación —desde el desarrollo de chips hasta la infraestructura de centros de datos— se ha convertido en un imperativo de seguridad nacional.
Este informe se centrará en los dos componentes de esta fórmula para entender la nueva geopolítica tecnológica. Por un lado, exploraremos cómo la reciente adquisición de una participación en Intel por parte del gobierno de EE. UU. es un movimiento estratégico directo para asegurar el control sobre la "Potencia de Cómputo". Por otro lado, analizaremos cómo un país como Uruguay, que no puede competir en la fabricación de hardware a gran escala, puede forjar un rol de alto valor en la cadena de suministro global, capitalizando su fortaleza en la "Potencia del Algoritmo".
2. La Carrera por la Potencia de Cómputo: El Retorno de la Política Industrial Estatal
La Inversión de EE. UU. en Intel: Un Acto de Seguridad Nacional
El 25 de agosto de 2025, el gobierno de Estados Unidos anunció un acuerdo histórico para adquirir una participación del 9.9% en Intel Corporation, uno de los fabricantes de microprocesadores más importantes del mundo. Esta inversión, valorada en 8.9 mil millones de dólares, representa una de las intervenciones federales más directas y llamativas en una empresa privada desde los rescates de la industria automotriz en 2008. Esta acción es una manifestación directa del esfuerzo de EE. UU. por fortalecer la "Potencia de Cómputo", un componente crítico de la fórmula de la IA.
La inversión se financió mediante la conversión de fondos ya asignados por la Ley de Chips y Ciencia de 2022 y una asignación adicional del programa Secure Enclave. Si bien la participación se ha descrito como "pasiva", sin representación en la junta directiva ni derechos de gobernanza, el acuerdo incluye una cláusula de control estratégico significativa. El gobierno estadounidense recibirá un warrant de cinco años que le permitiría adquirir un 5% adicional de las acciones de Intel si la empresa vende más del 49% de su negocio de fundición, un mecanismo diseñado para proteger la cadena de suministro nacional y alinear los intereses de la corporación con los objetivos de seguridad del Estado. La decisión de la administración del presidente Donald Trump de utilizar fondos de la Ley de Chips, una legislación que él mismo había criticado públicamente en el pasado, demuestra que los imperativos de seguridad nacional han superado las ideologías políticas tradicionales.
La Geopolítica de los Chips: Respuestas Globales
La inversión estadounidense en Intel no se produce en un vacío. Es la más reciente jugada en una escalada de intervención estatal en la industria de semiconductores. La Ley de Chips y Ciencia de 2022 de EE. UU. es el pilar de su estrategia para recuperar el liderazgo en la industria. La ley autorizó 52.7 mil millones de dólares en subvenciones, préstamos y créditos fiscales para la producción doméstica de chips, así como para la investigación y el desarrollo (I+D) y la formación de una fuerza laboral especializada. El objetivo principal es revertir la disminución de la capacidad de fabricación de EE. UU., que ha caído del 40% de la oferta global en 1990 al 12% en la actualidad.
Como respuesta directa a las sanciones de EE. UU. y la Ley CHIPS, China ha redoblado su propio plan de auto-suficiencia. El país ha establecido su tercer fondo de inversión estatal para la industria de semiconductores, el "Gran Fondo 3.0", con un valor de 47.5 mil millones de dólares. Esta cifra es parte de una estrategia a largo plazo para construir cadenas de suministro "seguras y controlables". La Unión Europea, por su parte, ha lanzado el European Chips Act, que tiene como objetivo duplicar la cuota de mercado global de la UE al 20% para 2030. La ley ha movilizado más de €80 mil millones en inversiones y busca fortalecer tanto las actividades de fabricación como el ecosistema de diseño en la región.
La siguiente tabla resume las estrategias y enfoques de las principales potencias en la carrera por los semiconductores, en un esfuerzo por controlar la "Potencia de Cómputo":
País/Bloque | Ley/Fondo Principal | Inversión Estimada | Objetivo Principal | Enfoque Estratégico | Desafíos Principales |
Estados Unidos | Ley de Chips y Ciencia de 2022 | $52.7 mil millones | Restablecer el liderazgo en fabricación y seguridad de la cadena de suministro | Subsidios para la producción avanzada, I+D y desarrollo de la fuerza laboral. Restricciones a la expansión en China. | Coexistencia de ideología de libre mercado con la intervención estatal, y la competencia global. |
China | Gran Fondo de Inversión Nacional (Fase 3.0) | $47.5 - $48 mil millones | Auto-suficiencia en tecnología y cadenas de suministro controlables | Inversión en chips de nodo maduro, equipo y materias primas. Construcción de un ecosistema integral. | Sanciones tecnológicas de EE. UU., riesgo de sobrecapacidad, deficiencias institucionales. |
Unión Europea | European Chips Act | Más de €80 mil millones | Duplicar su cuota de mercado global al 20% para 2030 | Apoyo a la fabricación, diseño y talento. Creación de centros de competencia y pilotaje de líneas de producción. | Fragmentación de prioridades nacionales y complejidad burocrática. |
3. El Posible Rol de Uruguay en la Fórmula: Capitalizando la Potencia del Algoritmo
En este nuevo orden mundial, el rol de un país pequeño como Uruguay no puede ser el de un competidor directo en la fabricación de chips, una industria intensiva en capital, tecnología y escala que solo unas pocas naciones pueden dominar. Sin embargo, la fórmula de la IA nos recuerda que el "poder" también reside en la "Potencia del Algoritmo". Las fortalezas únicas del país le permiten forjar un papel de nicho, pero de alto valor, en la cadena de valor global, no a través del hardware, sino del software y el capital humano.
Uruguay se ha consolidado como un líder tecnológico en América Latina, reconocido por su notable estabilidad política y social, que lo diferencia de sus vecinos. El país cuenta con una de las infraestructuras de telecomunicaciones más avanzadas de la región. A lo largo de las últimas décadas, iniciativas como el Plan Ceibal han cimentado una base sólida para la alfabetización digital y el desarrollo de habilidades tecnológicas a nivel nacional. Este entorno ha cultivado un ecosistema tecnológico vibrante. Uruguay es el tercer mayor exportador de software per cápita del mundo y el tercero en América Latina, con más de 700 empresas de TI. El país es el hogar de multinacionales como Globant y Mercado Libre y de unicornios nacionales como dLocal, que demuestran la calidad y el alcance global del talento local. La reciente inversión de Google de 850 millones de dólares en un centro de datos en Canelones es un voto de confianza contundente en la infraestructura, el talento y la confiabilidad de Uruguay.
La verdadera "fórmula de la potencia" de la IA y los semiconductores es mucho más que el silicio; es la integración de hardware, software, datos y aplicaciones de nicho. Uruguay, con su probada fortaleza en el sector de software y su capital humano altamente capacitado, está excepcionalmente posicionado para ser un "habilitador" o "proveedor de servicios de valor agregado" en la cadena de valor tecnológica. La participación de Uruguay en la carrera de los microchips no debe ser la producción física, sino el desarrollo de las soluciones que hacen que esos chips sean útiles.
Se presentan las siguientes oportunidades estratégicas para capitalizar la "Potencia del Algoritmo":
Soluciones de IA y Computación de Alto Rendimiento (HPC): Aprovechando la infraestructura de supercomputación existente, como el ClusterUY, y el próximo centro de datos de Google, Uruguay puede posicionarse como un hub de desarrollo de soluciones de IA que utilizan chips avanzados. Los sectores donde Uruguay ya es fuerte, como la agricultura y las finanzas, son la punta de lanza de esta estrategia. Startups de agritech como Deepagro, que utiliza IA para la aplicación selectiva de agroquímicos, o The Climate Box, que simula el riesgo de heladas, demuestran cómo la capacidad tecnológica de Uruguay puede resolver problemas de alto valor en un sector clave de su economía.
Software de Diseño de Chips y Automatización (EDA): El talento uruguayo en el desarrollo de software puede ser canalizado hacia la creación de herramientas de diseño, simulación y automatización para la industria de semiconductores. Si bien el país no fabricará los chips, sí puede convertirse en un proveedor de software especializado que acelere el proceso de diseño y validación para otras compañías globales.
Pruebas, Verificación y Mantenimiento de Hardware: La cadena de valor de los semiconductores requiere servicios de ingeniería de alta precisión para las etapas de post-diseño. Uruguay puede ofrecer servicios de pruebas y verificación de chips, un segmento intensivo en talento humano y menos dependiente de la infraestructura de fabricación pesada.
Para potenciar esta participación, las políticas públicas deben estar alineadas con las fortalezas del país. La Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial 2024-2030 de Uruguay proporciona un marco de gobernanza y fomenta el desarrollo de capacidades en este campo. El fortalecimiento de la colaboración entre la academia y la industria, y la promoción de la inversión en nichos tecnológicos específicos a través de plataformas como Uruguay Innovation Hub, son pasos clave para atraer la inversión y asegurar un futuro en esta industria.
4. Conclusión: El Futuro de la Confianza y la Resiliencia Tecnológica
La inversión del gobierno de EE. UU. en Intel es un claro indicador de que la seguridad de la cadena de suministro tecnológica ha redefinido la política industrial y las relaciones internacionales. En un mundo donde las principales potencias buscan la auto-suficiencia y la geopolítica se manifiesta a través de las cadenas de valor, la fragmentación y la desconfianza son los nuevos parámetros de la globalización.
En este entorno, la mayor fortaleza de Uruguay no es su escala industrial, sino su confiabilidad, estabilidad y capital humano. Su rol no es competir directamente con el poderío de los gigantes industriales, sino posicionarse como un socio estratégico y de confianza en la "geopolítica de la confianza". La capacidad de Uruguay para desarrollar software de alto valor, integrar soluciones de IA en sectores estratégicos y ofrecer servicios de ingeniería especializados le permite asegurar un papel significativo en la nueva economía global. La verdadera "fórmula de la potencia" para Uruguay es la inteligencia estratégica, no la fuerza industrial bruta, y su futuro reside, en mi opinion, en ser un socio "políticamente confiable" siendo este un requisito indispensable para formar parte en la cadena de valor tecnológica global.
Artículo elaborado con asistencia de IA avanzada.
Imagen principal generada con asistencia de IA avanzada.
Dr.Sergio Lettieri
Magister en Relaciones Internacionales - UDELAR - ROU
sergiolettieri.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario