8/27/25

Soberanía Digital vs. Hegemonía Financiera: Un Análisis del Conflicto Geoeconómico Desatado por los Aranceles de Trump, Pix y el Proyecto BRICS PAY

 





Por Sergio Lettieri


Introducción: El Telón de Fondo de la Guerra Geoeconómica

El reciente anuncio de aranceles del 50% por parte de la administración del presidente estadounidense Donald Trump sobre las importaciones provenientes de Brasil ha desatado un intenso debate en el ámbito del comercio internacional y las relaciones exteriores. Si bien estas medidas se presentan bajo el pretexto de prácticas comerciales desleales, el análisis del especialista Rogério Studart (miembro sénior del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales, ex director ejecutivo para Brasil del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo) presentado en el informe de La Diaria / Uruguay 25.08.20225 y cuyo copyright pertenece a The Project Syndicate,  sugiere que su objetivo es mucho más profundo: "doblegar el Poder Judicial de un país soberano" y "contrarrestar un desafío al orden financiero liderado por Estados Unidos". La disputa, según este argumento, no se centra únicamente en la balanza comercial, sino que es un síntoma de una batalla geopolítica y geoeconómica más amplia que se libra en la actualidad.   




En este contexto, la hegemonía del dólar estadounidense y la estructura financiera que la sostiene han sido objeto de creciente escrutinio. La imposición de sanciones unilaterales y la exclusión de bancos de ciertos países del sistema SWIFT por parte de Estados Unidos y la Unión Europea han incentivado a diversas naciones a buscar alternativas. Este escenario ha actuado como un poderoso catalizador para la desdolarización, una tendencia que ha estado en marcha desde la década de 1990 y que ahora se acelera por las disputas comerciales y las tensiones geopolíticas. El presente análisis desglosa esta hipótesis, demostrando cómo la exitosa innovación nacional de Brasil, Pix, se ha convertido en una pieza clave en esta confrontación, al servir como una prueba de concepto para un nuevo modelo de soberanía financiera y, por ende, en una amenaza para Washington, lo que a su vez se vincula directamente con la ambición de un sistema de pagos global alternativo como BRICS PAY.  

Pix, el Modelo de Soberanía Financiera de Brasil

El sistema de pagos instantáneos Pix, desarrollado y administrado por el Banco Central de Brasil (BCB), representa uno de los logros más notables en materia de innovación financiera de un Estado soberano en el siglo XXI. Lanzado en noviembre de 2020, Pix no es una aplicación específica, sino una infraestructura centralizada que permite a los usuarios —individuos, empresas y entidades gubernamentales— realizar transferencias de dinero entre cuentas de cualquier institución financiera o de pagos en cuestión de segundos, las 24 horas del día, los siete días de la semana. Su modelo operativo se basa en la simplicidad y la accesibilidad. Para enviar o recibir dinero, los usuarios pueden utilizar una de sus "claves Pix" —un número de teléfono, una dirección de correo electrónico, un número de identificación fiscal (CPF o CNPJ), o una clave aleatoria— o bien escanear un código QR.   

El impacto de Pix en la economía brasileña ha sido masivo y transformador. En el ámbito de la inclusión financiera, ha logrado integrar a una gran parte de la población que dependía del efectivo, impulsando la digitalización de los pagos minoristas y reduciendo el uso de billetes y monedas. Según una encuesta de Google, en 2019 el 43% de la población brasileña usaba efectivo, una cifra que cayó drásticamente al 6% en 2024, con el 93% de los adultos utilizando activamente Pix. A nivel económico, su eficiencia ha generado un ahorro significativo para empresas y consumidores, estimado en R$ 106.7 mil millones entre su lanzamiento y junio de 2025. La arquitectura de Pix, con pocos intermediarios, reduce los costos de transacción y fomenta una mayor competencia en el mercado.   




La creación de Pix por el Banco Central va más allá de un simple avance tecnológico; es una decisión de política pública estratégica que posiciona la infraestructura de pagos como un bien de soberanía nacional. Esta postura se opone directamente al modelo dominante en Occidente, donde las redes de pago globales están controladas por empresas privadas como Visa y Mastercard. El éxito arrollador de Pix, con una penetración que alcanza al 62% de la población adulta como método de pago más frecuente, socava el modelo de negocio de estas corporaciones, que se basa en el cobro de comisiones por transacción. Esta divergencia de modelos de desarrollo es la raíz del conflicto que emerge. La disputa, por lo tanto, no es sobre supuestas "prácticas desleales" de Brasil, sino sobre la defensa de un modelo de negocio privado frente a la innovación de un modelo de infraestructura financiera estatal. La masiva adopción de Pix demuestra que es viable un sistema de pagos instantáneo y de bajo costo, lo que se proyecta como una amenaza al orden financiero que depende de los intermediarios y sus tarifas.   

La Conexión Geopolítica: El Asalto de Washington al Modelo Brasileño

La tensión latente entre estos dos modelos, el de soberanía digital y el de hegemonía corporativa, se materializó en una acción directa por parte de la administración estadounidense. En julio, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) inició una investigación contra Brasil bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, la cual autoriza a la USTR a responder a prácticas comerciales extranjeras que se consideren injustas o discriminatorias. Es crucial señalar que, entre las seis áreas de la investigación, se encuentra específicamente el sector de "servicios de pago electrónico, incluyendo, pero no limitándose a, ventajas para los servicios de pago electrónico desarrollados por el gobierno". Esta referencia explícita a los sistemas de pago respaldados por el Estado confirma que Pix no es un objetivo tangencial, sino un foco central de la medida.   




El análisis de esta acción revela la confirmación del "objetivo oculto" planteado por el informe de La Diaria y otros analistas. La investigación no parece motivada por una preocupación genuina por la balanza comercial, que históricamente ha sido superavitaria para Estados Unidos, sino por una intención de proteger el monopolio de las redes de pago estadounidenses. La tesis es que la medida de Washington es una defensa sistémica de la "hegemonía del dólar" y de la arquitectura financiera que la apuntala.   

La respuesta de Brasil a la investigación de la USTR refleja su postura de soberanía. El gobierno brasileño ha rechazado la legitimidad de las medidas unilaterales de la Sección 301, argumentando que son inconsistentes con las reglas y el sistema de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En su defensa, Brasil ha reiterado la neutralidad y la no discriminación de su sistema Pix, señalando la ironía de que el propio sistema de la Reserva Federal de EE. UU., FedNow, posee una funcionalidad similar.  

Esta disputa, lejos de ser un incidente aislado, es un síntoma de un cambio de paradigma en las relaciones internacionales. La acción unilateral de Estados Unidos, percibida como una coerción política, empuja a países con políticas exteriores pragmáticas como Brasil a buscar activamente "espacios de tranquilidad institucional y entendimiento" con otros socios. En un momento en que el comercio exterior de Brasil con el bloque ampliado de los BRICS ha superado al de Estados Unidos , la presión de Washington fortalece la narrativa de la necesidad de sistemas alternativos para proteger la soberanía financiera y nacional. La disputa sobre Pix se convierte así en un catalizador que acelera la transición de Brasil hacia la promoción y el uso de iniciativas como BRICS PAY, en una clara respuesta a la amenaza percibida.   



BRICS: un actor geoeconómico en ascenso

BRICS, un acrónimo que originalmente representaba a Brasil, Rusia, India y China, y al que posteriormente se unió Sudáfrica, se ha consolidado como una de las agrupaciones geoeconómicas más influyentes a nivel global.

A pesar de las disparidades económicas entre sus miembros, el bloque ejerce un peso significativo en la economía mundial, representando el 25% del Producto Interno Bruto (PIB) global, una cifra cercana a la del G-7 (27%), y concentrando cerca del 16% del comercio internacional y el 20% de la inversión global.

Con la reciente expansión, impulsada principalmente por China y Rusia, el bloque y sus miembros asociados ahora comprenden a la mitad de la población mundial y casi el 30% del PIB global.

La creación de instituciones financieras como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), con un capital de 100 mil millones de dólares, fortalece su autonomía, permitiendo financiar proyectos en las monedas locales de sus miembros.


La Proyección Global: De Pix a BRICS PAY

La búsqueda de alternativas al sistema financiero dominado por Occidente ha encontrado un punto de convergencia en el proyecto BRICS PAY. Concebido como un "sistema de mecanismo de mensajería de pagos descentralizado e independiente" afiliado a la organización BRICS, su objetivo central es permitir que los miembros del bloque realicen transacciones comerciales directamente en sus propias monedas locales, evitando así la necesidad de convertir al dólar estadounidense.  

Las motivaciones estratégicas detrás de BRICS PAY son claras y están estrechamente ligadas a las vulnerabilidades del sistema actual. La principal razón es la de proteger a los países miembros del riesgo de sanciones financieras unilaterales, como la exclusión de la red SWIFT, que ha afectado gravemente a naciones como Rusia e Irán. El proyecto también busca reducir los costos de transacción y fomentar una mayor autonomía económica y comercial para el bloque.   

En este contexto, Pix se erige como el modelo inspirador para esta ambiciosa iniciativa. Analistas y medios de comunicación se refieren a BRICS PAY como el "Pix de los BRICS" o el "Pix mundial". El éxito de Pix a nivel nacional demuestra la viabilidad de una plataforma de pagos de bajo costo, masiva y operada por una autoridad central, que podría servir de base para una solución transfronteriza. La idea es construir una red interconectada que aproveche la tecnología de los exitosos sistemas nacionales existentes, como el UPI de India, el CIPS de China y el propio Pix de Brasil.  




Si bien el proyecto BRICS PAY aún se encuentra en la fase de estudios de viabilidad y es, en esencia, una "idea" en desarrollo, ha captado una atención significativa y es visto como un "desafío serio" a la arquitectura financiera global. La Declaración de Kazán de octubre de 2024, que surgió de la 16ª cumbre del bloque, reconoció formalmente los beneficios de los instrumentos de pago transfronterizos que minimizan las "barreras comerciales" y promueven el uso de monedas locales, sin llegar a comprometerse con una moneda unificada. Esto demuestra el avance y la seriedad con la que se persigue el proyecto a nivel político.   

La dominación del dólar y de la red SWIFT se ha basado, en gran medida, en la falta de alternativas viables a gran escala. La existencia y el éxito de sistemas nacionales como Pix demuestran que la capacidad tecnológica para crear tales alternativas está presente. BRICS PAY no es simplemente una solución tecnológica; su propósito es institucionalizar una red de soberanía financiera colectiva. Su mera existencia como una iniciativa concreta cambia la dinámica de poder, creando una opción creíble para los países que buscan reducir su exposición a la "politización" del sistema financiero occidental. Esto genera un efecto de retroalimentación: la amenaza de acciones unilaterales como las de la USTR a Brasil aumenta el incentivo para desarrollar y adoptar BRICS PAY, lo que a su vez debilita el poder de las sanciones en el futuro. Es un ciclo de acción y reacción en la batalla por la hegemonía geoeconómica.   




Conclusiones y Perspectivas Futuras: El Fin de la Unipolaridad Financiera

La disputa arancelaria entre la administración de Donald Trump y Brasil, lejos de ser un simple enfrentamiento comercial, es un síntoma de una confrontación más profunda por el control de la infraestructura financiera global. La evidencia sugiere que la medida de Washington no apunta a la balanza comercial, sino a la innovación de un sistema —Pix— que amenaza el modelo de negocio de sus corporaciones y, por extensión, la hegemonía del dólar. Al politizar el sistema financiero, Estados Unidos ha proporcionado, irónicamente, la justificación y el impulso necesarios para que otros países busquen activamente la desdolarización.

La convergencia de la innovación tecnológica, manifestada en el éxito sin precedentes de Pix, y la voluntad política de un bloque en expansión como los BRICS, está reconfigurando las relaciones de poder. El caso de Brasil es un claro ejemplo de cómo un desarrollo nacional puede adquirir rápidamente una relevancia geopolítica global. Su éxito con Pix no solo ha transformado su propia economía, sino que ha servido como un faro y un modelo para el ambicioso proyecto de BRICS PAY.

En conclusión, la era de la unipolaridad financiera, donde una sola moneda y un solo sistema de pagos dominaban indiscutiblemente, parece estar llegando a su fin. En su lugar, está emergiendo un sistema más multipolar, donde la soberanía financiera, impulsada por la digitalización y el desarrollo de redes de pagos alternativas, se está convirtiendo en una prioridad estratégica para un número creciente de naciones. El "Pix global" de BRICS PAY, aunque aún enfrenta desafíos, representa una declaración de intenciones y una opción creíble que podría, a mediano y largo plazo, cambiar de manera significativa el mapa del poder económico mundial.


Disclaimer : Articulo elaborado con asistencia de IA avanzada.

Imagen principal generada con asistencia de IA avanzada.


Dr.Sergio Lettieri

Magister en Relaciones Internacionales - UDELAR - ROU

sergiolettieri.blogspot.com

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